Inspiradoras: Kenia Cuevas

Por: Yun Barrera

Kenia es una activista mexicana que sin duda se ha ganado el reconocimiento de la sociedad, pues ha sido clave en la defensa de los derechos humanos de la población trans, las personas en reclusión, de las trabajadoras sexuales, personas en situación de calle, usuarios de drogas, y las que viven con VIH gracias a su lucha constante por lograr un cambio mejor para todos.

Pese a su complicado pasado en el que sufrió violencia en casa, discriminación, abusos en las calles, entre muchas cosas más, hoy es una mujer sobreviviente, pues a sus 48 años, es la directora de una organización que crece rápidamente en México de donde es natal e interviene para ayudar a personas desatendidas por el Estado, inspirando a su vez a una nueva generación de activistas, pues gracias a su fuerza y sobre todo a lo vivido tras lo sucedido el 30 de septiembre de 2016, cuando fue violentamente asesinada Paola Buenrostro, quien sería la amiga de Kenya y su muerte punto clave para que más adelante tomara acción contra estas injusticias.

Kenia dice que la vida en las calles nunca fue fácil. Nació en Ciudad de México a principios de la década de 1970. A los nueve años abandonó el hogar en el que se abusaba de ella y se involucró en el trabajo sexual cuando comenzó su transición. A los 27 años, fue detenida por cargos de drogas y condenada a 24 años de cárcel en la prisión de Santa Martha Acatitla, en las afueras de la capital de México, por un crimen que no cometió. Allí sufrió agresiones físicas y abusos sexuales tanto por parte de las reclusas como de los guardias. Estuvo recluida en la “celda 10” para personas que viven con VIH, donde cuidaba a otras que recibían poca atención médica. Kenya fue absuelta de todos los cargos y retomó su libertad casi 11 años después.

Fuera de la cárcel, construyó su propia familia: jóvenes trans que sufrieron el mismo estigma y la misma discriminación que ella, aquellos jóvenes comenzaron a llamarla “mamá”. Entre ellas estuvo Paola, quien era una de sus mejores amigas; tras su asesinato, el dolor insoportable se convirtió rápidamente en rabia y frustración por las muchas otras que tuvo que enterrar y, pronto, en determinación para cambiar las cosas.

El 2 de abril del 2018, Kenya fundó la Asociación Civil Casa de las Muñecas Tiresias, una organización que ofrece apoyo y acogida a personas trans, incluidas quienes salen de la cárcel y huyen de la violencia. Dos años después, abrió el primer albergue para mujeres trans en México y lo nombró Paola Buenrostro. Cuatro años después, la organización ha abierto un segundo albergue en la ciudad de Morelos y está en el proceso de abrir otros dos, con el objetivo de tener al menos un albergue en cada estado de México. Hasta el momento, han surgido grupos de apoyo en siete ciudades del país. Ofrecen apoyo a mujeres trans que están en prisión, entre otras cosas, capacitándolas para que puedan pelear sus propios casos.

Mirando hacia atrás, Kenya dice que el camino recorrido es largo, pero lleno de avances. Entre ellos menciona el conseguir un mayor nivel de concientización pública sobre los abusos a los que se enfrenta la comunidad LGBTQ+ y la representación de las mujeres trans en cargos públicos. Sin embargo, los retos que quedan por delante también son grandes.

“Vengo de esas situaciones, conozco muy bien todas esas necesidades. Todo el dolor que he soportado, lo convierto en trabajo y felicidad. He perdido todo el miedo”, dice. “No estamos aquí para reclamar derechos exclusivos ni para conseguir nada extra. Lo que pido es (que el gobierno) sea consciente de que tiene que tratar a todos por igual. Por eso trabajo en género, en vulnerabilidad. Empoderamos a todo el mundo para que pueda defenderse y defender sus propios derechos”.

Gracias Kenya, por enseñarnos el valor de la palabra, empatía y valentía. Gracias por inspirarnos.

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