LA SENCILLEZ Y LO ESPECIAL DE OUTLAST

Por: Victor Chavez
En el mundo del internet hay una clase de ciclo o tradición que los internautas mencionan el como cada año hay un videojuego indie que termina invadiendo todo el internet. El 2017 fue Bendy and the Ink Machine, en 2016 fue Undertale, el 2014 y 15 fue FNAF, y el 2013 fue de Outlast.
Outlast es un juego indie desarrollado por Red Barrels Studio, siendo publicado el 4 de septiembre del 2013 del género “survival horror”, generando en el 2018 más de 42 millones de euros. El juego nos adentra en el periodista Miles Upshur, quien necesita adentrarse en el manicomio abandonado Mount Massive, debido a una serie de avistamiento de enfermos mentales que aún continuaban viviendo allí, es ahí donde nuestro deber es llegar y descubrir todos los misterios que se encuentran detrás de ese lugar, documentando todo con nuestra cámara analógica, dándonos esa sensación de película “Found Footage”.
La ambientación es uno de los puntos claves, pues realmente nos hace sentir esa sensación de estar encerrados en el lugar equivocado y lo más importante, indefensos, pues al contrario de otros survival horros donde nos podemos defender con un arma, aquí no contamos con ninguna, teniendo que correr de los enemigos en todo momento, manteniéndonos alerta todo el tiempo.
Los antagonistas son otro punto clave, pues cada antagonista era un expaciente que ha sucumbido ante su enfermedad, además de contar con una distintiva personalidad entre cada uno de ellos, incluyendo aquellos de nulo protagonismo, siendo los antagonistas principales los más recordados no solo por la comunidad de Outlast, sino por la comunidad gamer en general, los nombre Chris Walker o Father Loutermich son nombres que ya han sido inmortalizados.
Curiosamente, al igual que FNAF, el juego es realmente sencillo pese a la gran popularidad que alcanzó, pues no solo es su duración de 2 horas sin contar a los “speed runners” que se han pasado el juego en 40 minutos, sino en sus misiones, pues, es casi siempre lo mismo, correr, encontrar un objeto para avanzar y seguir corriendo, pero, cuando el jugador se da cuenta de dicho patrón el juago esta por casi concluir, y es que durante el primer tiempo que juegues vas a ignorar por completo dichos patrones por la atrapante ambientación que nos presenta el juego.
A veces poco, es más, y Outlast es el vivo ejemplo de ello, sin complicarse y con un gamplay bastante sencillo nos pudo demostrar que es capaz de mantenernos al filo de nuestros asientos mientras huimos de todos los peligros que nos acechan, sin duda el encanto de Outlast es su sencillez.

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